El bienestar mental se construye todos los días con pequeños gestos. No hace falta hacer terapia todos los lunes o meditar durante una hora diaria. A veces, simples hábitos cotidianos pueden marcar una gran diferencia en cómo te sentís.

Probá incorporar estos hábitos fáciles:

  • Dormir entre 7 y 8 horas por noche.
  • Caminar al menos 20 minutos diarios.
  • Comer sin pantallas al menos una vez al día.
  • Decir «no» cuando no querés hacer algo.
  • Apagar notificaciones innecesarias.
  • Tomarte 10 minutos para respirar profundo.
  • Agradecer algo antes de dormir.

La salud mental no solo se trata de evitar lo malo, sino de sumar cosas buenas. Estos hábitos fortalecen tu mente y reducen el estrés cotidiano sin grandes esfuerzos ni inversiones.

La alimentación también influye en cómo te sentís. El cerebro necesita energía, y comer frutas, verduras, proteínas y grasas buenas mejora el estado de ánimo. Evitar el exceso de azúcar y cafeína también ayuda.

Las relaciones sanas son fundamentales. Pasar tiempo con personas que te hacen bien, aunque sea por mensaje de voz, te puede cambiar el día. Evitar vínculos tóxicos es tan importante como sumar los positivos.

Estos hábitos no son mágicos, pero sí poderosos. Repetidos cada día, generan un cambio real y sostenido. Son gratis, accesibles y efectivos.

Invertí en vos todos los días con cosas simples. Tu mente te lo va a agradecer.

INFORMATE