El expresidente uruguayo falleció este martes a los 89 años. Fue un referente mundial por su austeridad, su historia como guerrillero y su discurso humanista. Será enterrado en su chacra, como pidió en vida.
Pepe Mujica murió rodeado del respeto de propios y ajenos. Su salud venía deteriorándose desde abril de 2024, cuando anunció que tenía cáncer de esófago. En los últimos días, ni siquiera pudo ir a votar.
Su historia está ligada a la del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, del que fue uno de sus líderes. Pasó más de una década preso durante la dictadura y luego se convirtió en figura central de la democracia.
Con la fundación del MPP y su llegada al Frente Amplio, comenzó una carrera política que lo llevó a la presidencia en 2010. Su gestión impulsó leyes progresistas que marcaron un antes y un después en Uruguay.
Fiel a su estilo, siguió participando de la vida pública hasta el final. Su legado trasciende las fronteras de Uruguay: Mujica se convirtió en símbolo ético y político para una generación que buscó otra forma de hacer política.







