Una pelea legal por una caja de bombones terminó en la Corte Suprema, que no dio lugar al reclamo por daños. Aun así, el comprador no deberá pagar los costos del juicio.

Un conflicto inusual por una caja de bombones llegó hasta la Corte Suprema de Justicia. Todo comenzó en 2017, cuando un hombre identificado como R.R.A. compró bombones de la marca Vasalissa Chocolatier para regalar a su tía. Según denunció, ella se descompuso después de comer uno de los chocolates, que presentaba manchas blancas.

A raíz de ese episodio, el comprador demandó a la empresa Puerto Cacao S.A., responsable de la comercialización, y reclamó $150.000 por daño moral, devolución del dinero y daños punitivos. El caso pasó por distintas instancias judiciales durante varios años.

En un primer fallo, la Justicia le dio la razón parcialmente y ordenó una indemnización de más de $25.000, además de declarar inconstitucional un artículo de la Ley de Defensa del Consumidor. Sin embargo, la empresa apeló, y la Cámara Civil finalmente rechazó toda la demanda y le impuso al denunciante el pago de las costas del juicio.

Disconforme con ese fallo, el hombre llevó su reclamo en queja a la Corte Suprema. El máximo tribunal desestimó la demanda por daños, pero hizo lugar a su planteo sobre los gastos del juicio, reconociendo su derecho como consumidor a acceder a la justicia sin tener que pagar costas.

De esta manera, aunque no obtuvo una compensación económica, el comprador fue beneficiado con la justicia gratuita. El insólito caso cerró así un extenso recorrido judicial por un regalo que terminó en una disputa legal inesperada.

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