El Presidente y el ministro de Defensa se encargaron de llevar a cabo la ceremonia de Entrega de Sables a los oficiales de las Fuerzas Armadas, para ser condecorados por su ascenso en la jerarquía militar. “Cumplimos en tiempo y forma con sus ascensos. poniendo fin al destrato y devolviéndoles el lugar y la dignidad que merecen”, afirmó el diputado electo.
La ceremonia reunió a los nuevos generales, almirantes y brigadieres en un acto que volvió a colocar a las Fuerzas Armadas en el centro de la agenda institucional. Tanto Milei como Petri destacaron que el reconocimiento a quienes integran la estructura militar no es solo un gesto protocolar, sino una definición política sobre el rol que deben ocupar dentro del Estado. La entrega de sables funcionó así como un símbolo de continuidad en la jerarquía y de compromiso con la conducción profesional.
Durante el acto, Milei subrayó que los ascensos fueron tramitados con celeridad y respeto por los procedimientos, algo que desde el Gobierno consideran una corrección necesaria después de años de demoras y tensiones administrativas. Para la Casa Rosada, ordenar los tiempos institucionales es una forma de fortalecer la cadena de mando y devolver previsibilidad a la carrera militar. Ese mensaje se reiteró en varios pasajes del discurso presidencial.
Petri, por su parte, habló desde la experiencia de gestión al frente del Ministerio de Defensa. Aseguró que la regularización de los ascensos era una deuda que la dirigencia política tenía con los cuadros castrenses y destacó que la actual administración decidió “poner punto final al destrato”. Su intervención buscó mostrar la continuidad entre su etapa como ministro y el rol que asumirá en el Congreso a partir del 10 de diciembre.
El acto también sirvió para reforzar la narrativa oficial sobre la modernización de las Fuerzas Armadas. Aunque la ceremonia fue estrictamente protocolar, en los pasillos se mencionaron avances como la incorporación de los F-16 y los vehículos Stryker, que el Gobierno suele presentar como evidencia de un proceso de recuperación de capacidades operativas. En ese clima, la entrega de sables se integró a un marco más amplio de revalorización institucional.
Al finalizar, los ascendidos dialogaron brevemente con las autoridades, gesto que desde Defensa interpretaron como una señal de respaldo directo a quienes ocupan los nuevos puestos de responsabilidad. Con este acto, el Gobierno buscó transmitir la idea de que la relación entre conducción política y estructura militar atraviesa una etapa de orden, reconocimiento y fortalecimiento.







